Como un deseo antiguo, la arquitectura busca la piel idónea para un cuerpo que cada vez es más ágil y dinámico. Han sido necesarios muchos años de avances y retrocesos para definir una técnica de fachadas ligeras que protagoniza algunas de las imágenes arquitectónicas más características del siglo XX.
La imposible levedad del muro
Uno de los cambios más radicales y significativos que trajo consigo la arquitectura moderna es sin duda el del nuevo concepto de cerramiento: la fachada debía ser autoportante, ligera, multicapa y montada en seco; ideal que quedó definido muy tempranamente pero que tuvo que dejar pasar el tiempo hasta que la tecnología y la industria se pusieran a punto para ofrecer los materiales y las soluciones necesarios. En este artículo se analiza no sólo los principios de la fachada ligera sino también las posibles soluciones que la industria actual ofrece.
Edificio de Juzgados en Zaragoza
El último edificio construido por Alejandro de la Sota pone de manifiesto la sabiduría del arquitecto para entonar la arquitectura con exactitud y supone un paso definitivo en la utilización de una tecnología en él habitual: el cerramiento con paneles ligeros de aleación. Si el edificio de Correos de León determinó un hito en la utilización de este material, éste de Zaragoza representa la naturalidad de su uso.